viernes, 24 de noviembre de 2017

AUTOBÚS CAMA A PARACAS Y AVIONETA A LAS LÍNEAS DE NAZCA

Madrugón para Coger un autobús en dirección a Paracas. Autobús cama lo llaman aquí. Y, hombre, es cómodo pero tanto como cama.


Nos esperan 4 horas de carretera y un interminable desierto de arena hasta llegar a este lugar de vacaciones al borde del mar que utilizaremos a modo de trampolín para dirigirnos a Nazca.
Eso sí, nos hacen más llevadero el viaje con un tentempié que incluye un tipo de infusión a la que no estamos precisamente acostumbrados.


Llegamos al hotel donde pernoctaremos con tiempo para descansar, dar un paseo por las instalaciones, tomar unas cervecitas y comer algo ligero antes del vuelo.


Porque esta tarde toca volar otra vez. Así que nos llevan a lo que pensábamos que sería un modesto aeródromo y, para nuestra sorpresa, nos encontramos en el aeropuerto internacional de Pisco, que es una especie de aeropuerto "del abuelo" (lo pilláis, ¿no?, el de Castellón) solo utilizado por aviones pequeños. 
El nuestro es una avioneta Cessna con buena pinta en la que volaremos 10 personas en dirección a las misteriosas Líneas de Nazca, mundialmente famosas desde que fueron descubiertas casualmente en 1927 por un piloto que se sorprendió al observar desde el aire toda una serie de figuras que a ras de tierra no podían verse, parecían caminos.


Pues se trata de unos doce o trece dibujos de enormes dimensiones realizados por una civilización muy anterior a los incas y que se conservan desde hace más de 2.000 años.


Un mono, un perro, un loro, un colibrí, un cóndor... Todo de enormes dimensiones, hecho hace miles de años y que solo puede verse desde el aire.
Existen diferentes teorías respecto al significado de estas llamadas Líneas de Nazca. La más extendida es que las hicieron para que fueran vistas por sus dioses. Pero también hay quien piensa que es cosa de extraterrestres.


En fin... Después de sobrevivir a un agitado vuelo a baja altura y de vertiginosos giros para ver mejor las figuras, regresamos a nuestro hotel sanos y salvos.
Y con ganas de relajarnos, cenar a gusto y esperar que mañana habrá más y mejor. Seguro.


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